Hollywood Far From Home

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Grandes franquicias cinematográficas abrazan a Reino Unido

En 2025 la industria cinematográfica global volvió a mostrar su capacidad para reconfigurar rutas de producción en cuestión de números. Grandes franquicias que históricamente se rodaban en Estados Unidos están migrando sus platós a Europa y, especialmente, al Reino Unido —un movimiento motivado por un simple cálculo: ahorro neto tras incentivos, mejores condiciones fiscales y una infraestructura de alto nivel que amortigua los costos de blockbusters. Las cifras hablan: el gasto en producciones fuera de EE. UU. ascendió a US$24.3 millardos en el último año, frente a US$16.6 millardos en territorio estadounidense, impulsado por incentivos y oferta de estudios internacionales. 

El caso más comentado este año fue Wicked. Universal reconoció que el musical rebasó su presupuesto hasta llegar a US$455.8 millones, cifra que revela cómo incluso proyectos masivos buscan optimizar gastos a través de localizaciones e incentivos europeos. Rodar en lugares con créditos fiscales y robusta oferta de servicios (estudios, VFX, infraestructura) permite absorber sobrecostos o redistribuir inversión en el rodaje y posproducción.  

Otro ejemplo muy esperado es Spider-Man: Brand New Day, cuyo rodaje principal comenzó en 2025 en Glasgow, Escocia, y en estudios como Pinewood en Inglaterra. Aunque los presupuestos varían por fuente, las estimaciones para un gran título Marvel rondan los US$150-US$300 millones en producción; en este caso la cifra más citada por fuentes de industria está cerca de US$200 millones. El atractivo del Reino Unido no es casual: ofrece créditos y esquemas que, para un proyecto de ese tamaño, se traducen en decenas de millones en ahorro.  

En el caso de Spider-Man existe la pregunta ¿por qué si la historia ocurre en Nueva York, están grabando en Europa?
La respuesta está en: Los Taxes


Aunque hay un crédito fiscal de hasta 30 %, el costo base en Nueva York tiende a ser mucho más alto debido a:

  • Permisos de rodaje en la ciudad que pueden implicar tarifas elevadas, trámites burocráticos, restricciones de locación (calles, edificios emblemáticos, trafico urbano).
  • Costos de logística urbana muy superiores: transporte de equipo, alojamiento, catering, permisos para cerrar calles o coordinar con múltiples agencias municipales.
  • En Los Ángeles se reportó que filmar en ciertas locaciones genera cargos extra elevados.
  • Por otro lado, en Reino Unido, las producciones cinematográficas pueden reclamar un crédito fiscal (“tax relief”) de hasta 25% sobre el gasto “core” cualificado si cumplen los requisitos. Además, en Reino Unido se introdujo un esquema de “business rates relief” para estudios de filmación que reduce las tasas de tasas de negocio en hasta 40% para los estudios calificados.
    En el Reino Unido, las “business rates” (tasas de negocio) son un impuesto sobre propiedades comerciales. Es decir, cualquier empresa que use un inmueble —como un estudio de cine, un set o una oficina— debe pagar una tasa anual basada en el valor catastral de esa propiedad. Es un equivalente británico al impuesto predial empresarial o impuesto sobre bienes inmuebles usados para actividades comerciales.Por tanto, cuando el gobierno británico introduce un “business rates relief”, está otorgando una reducción o exención parcial de ese impuesto. 
  • Entonces… ¿Por qué el Reino Unido?
    El gobierno británico ha consolidado un paquete competitivo: créditos fiscales que pueden equivaler al 25% (o más según esquemas y tipos de gasto), un reciente aumento en beneficios para producciones de menor presupuesto y, crucialmente, reducciones de hasta 40% en business rates para estudios —medidas que, combinadas, hacen que la economía real de rodar allí sea muy atractiva para estudios grandes. Además, el impulso oficial a la industria elevó el gasto interno en producción a niveles récord en 2024, con más de £5.6 mil millones de inversión en películas y TV de alto nivel.

    La respuesta estadounidense ha sido doble: por un lado, estados como California han ampliado sus incentivos —el tope anual pasó de US$330 millones a US$750 millones y las tasas de crédito subieron a rangos de 35%–40% en programas renovados— en un intento por retener producciones y empleos. Por otro, la administración federal revivió amenazas arancelarias —la propuesta de imponer hasta 100% de tarifa sobre películas producidas en el extranjero—, una medida que generó alarma y debate sobre su viabilidad y efectos secundarios en una industria altamente globalizada. El mercado, sin embargo, ha mostrado escepticismo ante la implementación real de tales gravámenes por la gran complejidad legal y práctica.  

Desde la óptica presupuestaria: una producción que gasta US$200 millones (que es el aproximado de una señora franquicia) puede recuperar entre 20% y 30% mediante créditos y exenciones en países como Reino Unido, Canadá o ciertos estados canadienses y europeos, adicional a descuentos por servicios locales (VFX, utilería, contratación local). Además, la disponibilidad de grandes stages como Pinewood Leavesden, redes de técnicos especializados y una cadena de suministro consolidada reducen riesgos logísticos y de calendario, un factor determinante después de la crisis de huelgas y las disrupciones post pandemia.   

¿Significa esto que Hollywood se está desangrando? 

No del todo. La industria es móvil y pragmática: busca maximizar la relación costo-beneficio. Hollywood sigue controlando la propiedad intelectual, el financiamiento y la distribución global; pero la “fabricación” —rodaje y gran parte de la ejecución— se está internacionalizando. Para los territorios que atraen rodajes, la ganancia es clara: empleo local, inversión en servicios creativos y desarrollo de infraestructura cultural. Para EE. UU., la lección es doble: mejorar incentivos, modernizar políticas y entender que las amenazas arancelarias son paliativos poco prácticos frente a paquetes fiscales y ecosistemas robustos.

En suma, la migración de franquicias a Europa y Reino Unido no es solo un capricho estético: es una decisión financiera calculada. WickedSpider-Man, Frankenstein y otros grandes títulos muestran que, en la economía cinematográfica contemporánea, el ahorro fiscal, la infraestructura y la estabilidad operativa pesan tanto como los tax credits y la mano de obra calificada —y que, en la competencia por rodajes multimillonarios, quien ofrezca la mejor ecuación costo-calidad gana la producción.   

Glosario:  La palabra “plató” viene del francés plateau y significa, literalmente, set de rodaje o escenario de filmación. Se usa mucho en España y en el ámbito audiovisual europeo.  

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