“El camino hacia un futuro próspero para México pasa por una industrialización inteligente, inclusiva y sostenible que aproveche al máximo las oportunidades del comercio global y fortalezca la economía interna. Al hacerlo, no solo se impulsará el crecimiento económico, sino que también se contribuirá a la creación de una sociedad más equitativa y justa, con mayores oportunidades para todas y todos los mexicanos”, señaló.
El IMCO recordó que durante las últimas décadas, México ha implementado una política de apertura comercial en lugar de una política industrial enfocada en el desarrollo de sectores estratégicos.
Precisó que sin renunciar a su inclinación por la apertura comercial, la implementación de una política industrial representa una oportunidad para fortalecer la industria manufacturera, detonar el crecimiento y alcanzar un mayor nivel de desarrollo económico que beneficie a su población.
El IMCO recordó que durante las últimas décadas, México ha implementado una política de apertura comercial en lugar de una política industrial enfocada en el desarrollo de sectores estratégicos.
Precisó que sin renunciar a su inclinación por la apertura comercial, la implementación de una política industrial representa una oportunidad para fortalecer la industria manufacturera, detonar el crecimiento y alcanzar un mayor nivel de desarrollo económico que beneficie a su población.
El IMCO recordó que durante las últimas décadas, México ha implementado una política de apertura comercial en lugar de una política industrial enfocada en el desarrollo de sectores estratégicos.
Precisó que sin renunciar a su inclinación por la apertura comercial, la implementación de una política industrial representa una oportunidad para fortalecer la industria manufacturera, detonar el crecimiento y alcanzar un mayor nivel de desarrollo económico que beneficie a su población.
Para la institución, el desarrollo de una política industrial integral y robusta que fomente industrias clave, al mismo tiempo que crea un entorno competitivo y sostenible, debe sostenerse en los siguientes pilares:
- Innovación. Es esencial para impulsar la productividad de las empresas mediante nuevas tecnologías, investigación y desarrollo científico.
- Digitalización. Requiere infraestructura y regulaciones para lograr que la economía tenga la capacidad de adaptarse constantemente a los cambios tecnológicos.
- Encadenamientos productivos. Implica fortalecer el tejido productivo nacional para crear más vínculos entre las cadenas de valor globales y las empresas nacionales de proveeduría.
- Acceso a financiamiento. Requiere diversificar e incrementar las fuentes de fondeo para impulsar proyectos de infraestructura, inmobiliarios y empresariales.
- Infraestructura y logística. La modernización y construcción de infraestructura física facilita la conectividad y permite la optimización de procesos productivos.
- Sostenibilidad ambiental. Cada vez más, los factores y regulaciones ambientales se toman en cuenta para garantizar el uso sostenible de los recursos naturales.
- Estado de derecho. Garantizar la aplicación de leyes y la certidumbre jurídica es imprescindible para fomentar la inversión y el desarrollo económico del país.
- Política fiscal. La implementación de medidas fiscales debe tomar en cuenta las capacidades fiscales del país.
- Política comercial. Consolidar vínculos con mercados internacionales y ampliar la red de tratados comerciales puede generar beneficios para el sector productivo.