Fiebre por deshacerse de los Tesla en Estados Unidos

Fiebre por deshacerse de los Tesla en Estados Unidos

ESTADOS UNIDOS.- Tener un Tesla en Estados Unidos se ha convertido en una suerte de manifiesto ideológico. La irrupción en política de su CEO, Elon Musk, y su incorporación al gobierno de Donald Trump, ha cambiado por completo la percepción de la marca de vehículos eléctricos. Ahora son muchos los que ven en sus modelos un respaldo directo a las políticas trumpistas y por eso la cantidad de dueños que se están deshaciendo de ellos ha alcanzado niveles récord.

Según datos de Edmunds, en la primera mitad de marzo, el porcentaje de modelos de Tesla entregados en concesionarios como moneda de cambio para adquirir un modelo usado o nuevo alcanzó un 1,4% del total del mercado en EEUU, más del triple que hace un año y dos décimas por encima de la cifra registrada en febrero.

La tendencia ya venía en aumento desde mediados del año pasado, coincidiendo con las primeras donaciones de Musk a la campaña electoral de Trump. Después, su implicación directa en su nueva administración comenzó a incrementar el deseo de muchos de los dueños de Tesla de deshacerse de ellos y ahora parece estar en pleno boom.

Musk ha pasado de ser uno de los abanderados de la causa contra el cambio climático a sacar la motosierra, literalmente, para escenificar los drásticos recortes en el gobierno que ha orquestado y que han costado ya miles de puestos de trabajo en distintas agencias federales. En cuestión de meses se ha convertido en uno de los hombres odiados entre los votantes progresistas.

Stephanie Barr es una de ellas. Junto a su marido compraron dos modelos de Tesla antes de que comenzara el giro político de Musk y ahora se encuentran en la incómoda situación de decidir qué hacen con los coches. “El problema es que nos gustan mucho. Son lo mejor que hemos tenido jamás, pero somos conscientes de que el tipo es una basura”, dice a EL MUNDO desde su casa de Los Ángeles.

El mismo Musk parece consciente de la situación que ha creado en una de las varias compañías que posee. En una entrevista con el periodista Larry Kudlow, el hombre más rico del mundo reconoció que las está manejando “con gran dificultad” mientras acomete sus ambiciosos recortes en Washington, con la meta de sumar un billón de dólares en ahorros para cuando haya terminado de meter la tijera.

El problema que es para entonces el daño a sus empresas, y a Tesla en particular, puede ser irreparable. Son varios los expertos que sostienen que ya no hay marcha atrás mientras la empresa no cambie de dueño, un escenario harto improbable. Y los mercados parecen estarle dando la razón. Tesla ha perdido casi la mitad de su valor en Bolsa desde que Trump asumió la presidencia, con Musk de mano derecha.

“Los cambios en la confianza del consumidor de Tesla podrían generar una oportunidad para que los fabricantes de automóviles tradicionales y las startups de vehículos eléctricos ganen terreno”, señaló a CBNC Jessica Caldwell, directora de análisis de Edmunds. “A medida que la lealtad y el interés por la marca Tesla flaquean, aquellos que ofrecen precios competitivos, nueva tecnología o simplemente menos controversia, podrían captar a los propietarios de Tesla que abandonan la marca y a quienes compran un vehículo eléctrico por primera vez”.

El otro escenario negativo con el que se están teniendo que enfrentar son los ataques a los Tesla en varias partes de EEUU. Muchos han acabado incendiados en Oregón, Colorado y Carolina del Sur. En Ontario, Canadá, unos 80 vehículos resultaron dañados después de que tres individuos usaran cócteles Molotov, en un caso que la fiscal general de EEUU, Pam Bondi, ha calificado de “terrorismo doméstico”.

Incluso Trump se movilizó al organizar un acto publicitario en la Casa Blanca junto a Musk para promocionar la venta de Teslas, prometiendo hacerse con uno para tratar de revertir el mal momento que atraviesa la empresa de su fiel colaborador.

Notas Relacionadas