SINALOA.- En Los Mochis, la comida callejera no solo es una forma de alimentarse: es una experiencia cultural. Las calles de esta ciudad del norte de Sinaloa se han convertido en auténticos corredores gastronómicos donde la identidad mochitense se saborea en cada esquina.
Ya sea al caer la tarde o en plena madrugada, la oferta culinaria urbana no descansa y atrae tanto a locales como a visitantes con aromas inconfundibles y sabores intensos.
Desde taquerías móviles hasta carretas de mariscos y hot dogs con estilo propio, la gastronomía mochitense ha sabido reinventarse sin perder sus raíces.
Hablar de comida mochitense es hablar de una mezcla entre lo costeño, lo norteño y lo que se cuece en casa. Lo más característico de esta ciudad es que la cocina no solo está en los hogares, sino en cada esquina, con una fuerte influencia del mar, la carne asada y los sabores dulces que le dan equilibrio al paladar.
Uno de los elementos que más resaltan es el gusto por lo calórico, lo contundente y lo bien servido. Los mochitenses no le temen al exceso cuando se trata de comida, y por eso muchas de sus especialidades callejeras son consideradas “gustos culposos”.
Pero más allá de la culpa, hay orgullo: orgullo por la mantequilla en los elotes, por la carne dorada en los tacos, por las cremas y salsas que coronan cada platillo.
La Zona 30 se ha convertido en uno de los puntos gastronómicos más representativos, donde se pueden encontrar desde mariscos hasta hot dogs estilo mochitense con ingredientes que solo ahí se sirven.
No es raro ver largas filas por la noche frente a los carritos de hamburguesas, de tacos de carne asada o de burritos que huelen desde metros antes de llegar.
La cultura culinaria de Los Mochis también se refleja en su amor por las bebidas dulces y frescas. Las aguas de horchata con nieve de vainilla, por ejemplo, son una combinación emblemática que refresca en los días calurosos y acompaña a la perfección cualquier platillo callejero.
Los Mochis ofrece un abanico amplio de sabores que van desde el mar hasta la carne asada, pasando por combinaciones tan sorprendentes como adictivas.
Aquí te dejamos un top con los platillos callejeros que no puedes dejar de probar si visitas esta ciudad sinaloense:
- Hot dogs estilo Sinaloa
Más que un simple perro caliente, este platillo es un emblema del antojo mochitense. Se prepara con pan suave, salchicha asada al carbón, tocino crujiente y una lluvia de toppings: tomate, cebolla, mayonesa, mostaza, salsa catsup y una mezcla especial de salsas locales que varía según el puesto. Algunos incluso agregan papas fritas o chiles en escabeche.
- Tacos al vapor (El chavo)
Estos tacos llevan el sello del norte: están hechos de frijol, maíz, papa y carne. Estos tacos se han ganado el corazón de locales y turistas ya que su precio y su sabor son inigualables, pues van desde los 8 a los 13 pesos.
- Burritos mochitenses
Aunque el burrito tiene muchas versiones en el norte del país, en Los Mochis destaca por su tamaño generoso y su relleno abundante.
Puedes encontrarlos con carne asada, machaca, camarones, chile verde o incluso guisos del día. Todo va envuelto en una tortilla de harina artesanal y bien sellada a la plancha.
- Carretas de mariscos
Los mariscos son parte del ADN culinario de Sinaloa, y Los Mochis no es la excepción. Las carretas de ceviche y cocteles abundan en las calles.
Ceviches de camarón, jaiba o pescado se sirven frescos y con la sazón perfecta: jugo de limón, pepino, jitomate, cebolla morada y salsas picantes al gusto. También puedes probar las tostadas de aguachile y los cócteles estilo campechana.
- Hamburguesas mochitenses
Si bien las hamburguesas son un clásico mundial, en Los Mochis tienen un toque especial. Aquí se preparan con carne 100% de res, pan artesanal y una mezcla de ingredientes como lo es el queso doble, carne asada o empanizada, jamón, y muchas veces hasta huevo. Todo en un pan suave y ligeramente tostado.
- Aguas frescas con nieve
Y como un extra a esta larga fila, entran las aguas frescas ya sea de horchata o Jamaica, estas se transforman en una bebida gourmet callejera cuando se les agrega nieve de vainilla. Una tradición que encanta tanto a locales como a turistas.