CIUDAD DE MÉXICO.- En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente 2025, celebrado cada 5 de junio, el turismo emerge como una alternativa clave para promover la conservación de ecosistemas en México.
De acuerdo con Santiago García Rey, director general y cofundador de Wander Cabins (firma mexicana especializada en hospitalidad ecológica) en un contexto global marcado por la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, “la industria del turismo no puede seguir operando como si nada pasara”.
“El sector tiene la oportunidad y la responsabilidad de ser una aliada de la conservación, y puede hacerlo sin sacrificar belleza arquitectónica, comodidad ni rentabilidad”, comentó en entrevista para Econohábitat.
La experiencia de Wander Cabins es una muestra de que sí es posible generar un modelo turístico rentable, respetuoso con el medio ambiente y socialmente comprometido.
Con 71 cabañas en operación y planes de expansión hacia Guadalajara y Los Cabos en 2025, la firma ha levantado más de 60 millones de pesos en capital desde su fundación hace cinco años.
A diferencia del turismo internacional, particularmente el norteamericano que frecuenta destinos como Cancún, Los Cabos o Puerto Vallarta, el turista nacional —más joven y con mayor conciencia ambiental— es el que exige experiencias en armonía con la naturaleza.
Este cambio ha incentivado la aparición de nuevas firmas enfocadas en el desarrollo de complejos turísticos con enfoque sustentable.
“En el último año hemos visto cada vez más competencia, han surgido más marcas enfocadas al turismo alrededor de la naturaleza y la conservación, lo que demuestra que la gente lo está pidiendo”, añadió García Rey.
Para García Rey, las claves para en la industria ecoturística son la educación, el financiamiento verde y la creación de fuentes de ingreso alternativas a agricultores, ejidatarios y comunidades locales.
Pese a este avance, existen importantes barreras estructurales que dificultan el crecimiento del ecoturismo en México, especialmente para los pequeños emprendedores. El marco regulatorio suele ser restrictivo y costoso.
García Rey explicó que esto provoca que muchas ideas innovadoras en materia sostenible de jóvenes emprendedores queden rezagadas frente a grandes corporativos que sí pueden solventar estos requisitos.
Además, persiste en la sociedad la idea de que cualquier intervención humana en un entorno natural es negativa. Aunque históricamente ha sido cierto en muchos casos, insistió que existen ejemplos que demuestran que puede ser lo contrario.
“Solo para tramitar la Manifestación de Impacto Ambiental para el desarrollo de un proyecto se toma más de un año y los costos son excesivamente altos. No se trata de desregular el sector ni dejar de cuidar el medio ambiente, sino de ajustar el enfoque y reconocer que hay proyectos que pueden armonizar conservación y desarrollo económico”, apuntó el director de Wander Cabins.
