CIUDAD DE MÉXICO.- El cometa interestelar 3I/ATLAS realizará un nuevo acercamiento a la Tierra el próximo 19 de diciembre, según datos de la NASA. Ese día, el objeto pasará a aproximadamente 1.8 unidades astronómicas de nuestro planeta, lo que equivale a unos 270 millones de kilómetros.
A pesar de la relativa proximidad, especialistas subrayan que no existe ningún riesgo para la Tierra, ya que la separación será más del doble de la distancia que nos separa del Sol, unos 149 millones de kilómetros.
Un espectáculo visible antes del amanecer
Actualmente, el cometa puede observarse en el cielo durante las horas previas al amanecer, condición que se mantendrá hasta la primavera de 2026. Para el día de su mayor acercamiento, bastará con contar con un pequeño telescopio para detectarlo.
Quienes deseen apreciarlo con instrumentos más accesibles pueden optar por binoculares 10×50, útiles para la observación astronómica básica. Otra alternativa es utilizar un telescopio dobsoniano, conocido por su mecanismo simple y fácil manejo.
Además, la NASA ofrece la herramienta interactiva “Eyes on the Solar System”, que permite seguir en tiempo real la trayectoria y ubicación del cometa 3I/ATLAS.
Un visitante que no volverá jamás
El 3I/ATLAS es un objeto excepcional: es el tercer cuerpo procedente del espacio interestelar identificado por los astrónomos. Fue clasificado oficialmente como cometa tras confirmarse que posee un núcleo de hielo y una coma, la característica nube luminosa de gas y polvo que se forma cuando estos cuerpos se acercan al Sol.
Los expertos consideran que se formó en un sistema estelar ajeno al nuestro y que, por causas aún desconocidas, fue expulsado al espacio interestelar, iniciando un viaje que ha durado millones —o incluso miles de millones— de años, hasta su llegada reciente a nuestro vecindario solar.
Su movimiento sigue una órbita hiperbólica, lo que significa que no está atrapado por la gravedad del Sol. Tras atravesar el sistema solar, continuará su ruta hacia las profundidades del espacio, sin regresar jamás.
El paso de 3I/ATLAS representa, por ello, una oportunidad única para astrónomos profesionales y aficionados: un fugaz visitante interestelar que pronto desaparecerá para no volver.
