QUINTANA ROO.- Dos de los complejos hoteleros más exclusivos del Caribe mexicano, Moon Palace y Mayakoba, fueron confirmados como campamentos del Mundial 2026 en Quintana Roo, un anuncio que abre la puerta a un repunte en la ocupación turística y coloca nuevamente a la región en el escaparate internacional.
De acuerdo con Rodrigo de la Peña, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres (AHCPMIM), la designación representa un impulso estratégico para el turismo en la entidad.
“Ya son dos hoteles que serán sedes, y esto es algo importante para nosotros, aunque es necesario trabajar en las instalaciones, cumplir con requisitos e incluso también en el tema de alimentación para los equipos”, explicó. Añadió que otros complejos también están interesados y “levantando la mano” ante la FIFA.
El dirigente hotelero anticipó que en diciembre se realizará el sorteo oficial de los juegos, lo que marcará el inicio de una campaña de promoción más intensa para el Caribe mexicano. “A partir de diciembre vendrá el refuerzo más fuerte en la promoción”, señaló.
La Secretaría de Turismo del Estado inició desde meses atrás las gestiones ante la FIFA para que diversos hoteles de Cancún y la Riviera Maya fueran considerados como “campos base” para las selecciones participantes. Uno de los requisitos principales es que los complejos no estén a más de una hora del aeropuerto internacional de Cancún, condición que cumplen Moon Palace y Mayakoba.
En paralelo, varios establecimientos de la zona han comenzado a evaluar la construcción de campos de fútbol profesionales, con la intención de captar a más equipos y aprovechar la proyección mediática del torneo. Este tipo de infraestructura no solo generaría ingresos durante el Mundial, sino que quedaría como un atractivo permanente para futuras concentraciones deportivas.
Con el Mundial 2026 como telón de fondo, Quintana Roo se posiciona como uno de los destinos más importantes de América Latina en turismo deportivo, combinando hospitalidad, conectividad aérea y estándares internacionales de lujo.
La expectativa en el sector es alta: el evento promete una derrama económica significativa, visibilidad mundial y un impacto duradero en la imagen del estado como destino de primer nivel.
