CIUDAD DE MÉXICO.- A poco más de medio año para que arranque la Copa del Mundo de 2026, la efervescencia mundialista ya se deja sentir en México. El país no solo afina los detalles deportivos, sino que también experimenta una ola creciente de interés turístico y económico. De acuerdo con Airbnb, el torneo dejará una derrama estimada de 560 millones de dólares, impulsada por la llegada de casi 600 mil visitantes adicionales que combinarán la emoción del futbol con la exploración del territorio nacional.
La plataforma prevé además que este impulso tenga continuidad: 65% de quienes viajen al país durante el Mundial regresarán en los próximos cinco años, lo que podría generar 240 millones de dólares extra y miles de empleos de forma sostenida.
Sedes listas para ser vitrinas globales
Las tres ciudades anfitrionas —Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey— afinan detalles para convertirse en puntos de encuentro multicultural. Desde la historia y mística del Estadio Azteca hasta el ambiente cosmopolita de la capital regiomontana, México promete ofrecer una experiencia donde el futbol se mezcla con gastronomía, arte y tradición.
Pero el impacto trascenderá las sedes. Airbnb anticipa que una gran parte de los aficionados aprovechará el viaje para conocer playas, pueblos mágicos y destinos emergentes, extendiendo los beneficios económicos a regiones que suelen quedar fuera del turismo masivo.
El turismo local ya vivía su propio momento
Antes de que la Copa del Mundo pusiera a México bajo los reflectores globales, el turismo doméstico ya atravesaba un periodo histórico. Durante 2025, la plataforma sumó un millón de nuevos usuarios mexicanos, reflejo del fortalecimiento del turismo interno.
Algunos datos destacados:
90% de los nuevos usuarios optó por viajar dentro del país.
50 destinos recibieron por primera vez visitantes nacionales mediante Airbnb.
En la Ciudad de México, 7 de cada 10 reservas correspondieron a viajeros mexicanos.
El perfil de los usuarios también mostró cambios notables:
51% hombres y 49% mujeres.
28% entre 18 y 21 años, y 24% entre 25 y 34.
37% viaja en familia con niños, 26% en pareja y 25% en grupos familiares multigeneracionales.
Un país que se redescubre antes de recibir al mundo
Las cifras dejan una conclusión clara: México no solo se prepara para recibir a millones de aficionados, sino que ha consolidado una base turística interna robusta que impulsa su economía antes, durante y después del Mundial. Ninguna sede reciente había mostrado un dinamismo similar previo a la justa, lo que coloca al país en una posición estratégica para capitalizar uno de los eventos más esperados del planeta.
