Nuevos retos del cambio climático en la gestión del agua urbana

Nuevos retos del cambio climático en la gestión del agua urbana

La contaminación de fuentes de agua superficiales y subterráneas se debe a diversas actividades humanas, como el mal manejo de residuos, el uso de pesticidas, la minería y la deforestación. Estos factores complican la gestión hídrica en las ciudades, especialmente en el contexto del cambio climático.

Durante el ciclo Transformaciones Territoriales y Crisis Hidroclimáticas, Alejandra Fonseca, experta en campus sustentables de la UNAM, destacó los desafíos que enfrentan las ciudades en cuanto a la calidad del agua. A pesar de que el 70 % de la superficie terrestre está cubierta por agua, solo el 1 % es apta para el consumo humano y ecosistemas.

Uso del agua en México

En México, el 76 % del agua se destina a la agricultura, el 5 % a la industria, y el 15 % al abastecimiento público. Sin embargo, la calidad del agua sigue siendo un problema. Según la Red Nacional de Medición de la Calidad del Agua 2022, el 59.1 % de las fuentes monitoreadas están contaminadas.

El cambio climático agrava la situación. Fenómenos como lluvias intensas y sequías prolongadas alteran los ciclos del agua. Las lluvias concentradas pueden generar inundaciones y arrastrar contaminantes, mientras que las sequías aumentan los minerales y toxinas en el agua, complicando su tratamiento.

Infraestructura y pérdidas de agua

En la Ciudad de México, el 63 % del agua proviene de acuíferos subterráneos, lo que genera una alta dependencia. Además, se pierde cerca del 40 % del agua potable por fugas en las tuberías, lo que subraya la urgencia de modernizar la infraestructura hídrica.

Fonseca también destacó el potencial de la captación de agua pluvial como una solución viable para complementar el suministro urbano, especialmente en temporada de lluvias.

Soluciones propuestas

Entre las soluciones se incluyen modernizar la infraestructura de distribución, ampliar los sistemas de tratamiento y promover la captación de agua de lluvia. La UNAM ya ha implementado medidas como la planta de tratamiento en la FES Acatlán y un humedal artificial en la Facultad de Química.

Estas iniciativas, junto con un enfoque internacional, buscan enfrentar los retos que el cambio climático impone sobre la gestión del agua urbana.

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